El presidente de la D.O. Campo de Borja, Eduardo Ibáñez, asegura que la garnacha es mucho más que una variedad de moda. Es la uva que ha marcado la producción vitivinícola en Aragón a lo largo de su historia. Históricamente menospreciada fuera de Aragón, en las últimas dos décadas ha obtenido el reconocimiento merecido a nivel nacional e internacional.
Aun siendo una variedad milenaria, el uso de la garnacha en la producción no deja de tumbar tópicos y sorprender al consumidor, como ocurre con los excelentes vinos blancos que se elaboran con garnacha blanca, ha explicado el director de la D.O., José Ignacio Gracia, quien también ha explicado el ambicioso proyecto de investigación que, de la mano de las Universidades de Zaragoza y Pamplona, están estudiando las garnachas históricas, un proyecto que ha sido seleccionado para mostrarse en el Congreso Mundial de la Viña y el Vino que se celebrará este mes en Jerez de la Frontera y ha llamado la atención en Australia, Sudáfrica o California.
Mientras la Muestra de Garnachas apura sus últimas horas en el Museo de Zaragoza, los productores siguen mirando al cielo sin vislumbrar un panorama alentador. El presidente, Eduardo Ibáñez, dice no ser capaz de hacer una previsión precisa sobre la próxima vendimia si la sequía no remite, porque hay factores como el cuajado del fruto que no es posible saber cómo será, pero sí augura una notable reducción de la cosecha que podría tener una merma superior al 25% respecto al pasado año.