Los efectos de la pandemia y la crisis inflacionista por, sobre todo, la guerra en Ucrania son los dos factores que el responsable de Cáritas Zaragoza, Carlos Gómez Bahíllo, señala como principales causantes del empeoramiento de la situación de vulnerabilidad y exclusión que padece cerca de un 20% de la población. Además, se está detectando un aumento de perfiles femeninos, generalmente con cargas familiares.
Al escenario general marcado por elevado coste de alimentos y energía, se suma la casuística particular, donde el desempleo, los precios de la vivienda, los problemas de salud mental y la soledad, actúan como potenciadores del riesgo de exclusión. Aunque Gómez Bahíllo señala que también acuden a pedir ayuda a Cáritas personas con trabajo, pero con bajos salarios y cargas económicas que no pueden asumir.
El responsable de Cáritas ha puesto de relieve la problemática residencial que sufren familias enteras, que viven en condiciones infrahumanas, compartiendo una habitación con varias personas, incluso familias enteras, durante largos períodos de tiempo; incluso carecen de suministros básicos. Sólo para gastos relacionados con la vivienda, Cáritas Zaragoza destinó el pasado año 767.227 euros.