Ha bastado una sola, y rápida, reunión para comprobar que el conflicto laboral del bus urbano sigue lejos de resolverse; al menos mientras ninguna de las partes se muestre dispuesta a hacer nuevas concesiones. Las cosas no están igual que tras la anterior ruptura de negociaciones hace un mes y medio. Está peor, según asegura el gerente de la compañía, Guillermo Ríos.
El responsable AVANZA vuelve a acusar al comité de presionar a la empresa a costa de los ciudadanos, que ya sufren los paros diarios de una hora por turno, planteando un referéndum en el que los trabajadores deberán decidir si duplican los horarios de huelga .Ríos califica como algo curioso que los sindicatos se nieguen a someter a votación la oferta que presentó el SAMA en septiembre, pero sí convoquen un referéndum para castigar más a los usuarios del bus urbano.
La consejera de Movilidad, Natalia Chueca, por su parte, se ha mostrado muy decepcionada por el resultado de una reunión que fue solicitada por los propios trabajadores. Cree que el comité no está siendo razonable al rechazar una oferta que concede subidas salariales muy por encima de las que, por ejemplo, se ha concedido a los funcionarios.