Las labores de desescombro arrancaron el pasado 20 de noviembre y se van a prolongar durante cuatro meses. Los restos se van a distribuir en cuatro grandes grupos, separando los escombros propiamente dichos, como el material de obra, los grandes residuos como electrodomésticos o vehículos que estuvieran aparcados en las cocheras, las pequeñas pertenencias como joyas, dinero o documentación y enseres como muebles o ropa.
La interlocutora municipal, Rocío Feliz de Vargas, ha explicado que "desde el ayuntamiento habilitaremos un día a la semana para que los afectados puedan acudir a identificar los restos, entre los que han aparecido documentaciones, fotografías y otros objetos de gran valor sentimental".
También se ha establecido un sistema de seguridad a través de la contratación de una empresa privada, que a su vez es la encargada de las labores de vigilancia en la zona del derrumbe.