Los últimos meses no se han producido avenidas importantes en el cauce del Ebro. Las crecidas son la mejor medida que ofrece la naturaleza para frenar la expansión de la mosca negra, ya que arrastran los macrocitos donde este insecto encuentra su hogar ideal para poner sus huevos.
Ante esta insuficiente respuesta de la naturaleza, hay que poner en marcha mecanismos artificiales de protección que minimicen los de la peligrosa mosca negra, cuya picadura es muy dolorosa y llega a provocar episodios de fiebre. En esta búsqueda de soluciones, el Ayuntamiento ha comenzado a combatir el problema desde el aire.
Esta mañana se ha llevado a cabo el primer tratamiento contra la mosca negra administrado gracias al uso de drones. Desde estos aparatos tripulados de forma remota, se ha esparcido un larvicida sobre zonas con gran concentración de macrofitos donde proliferan las larvas de mosca negra.