En concreto, la propuesta sería derivar 5 hectómetros cúbicos de agua hasta los embalses de ese enclave de la provincia de Tarragona que está fuera de la Cuenca Hidrográfica. La Generalitat está dispuesta a asumir los 60 millones de euros de esas obras. Sin embargo, la Confederación del Ebro debe autorizar esa trasferencia de agua.
El presidente del Ejecutivo aragonés, Jorge Azcón, teme que el Gobierno de España ceda antes esta petición, ya que depende de los votos de los independentistas catalanes para garantizar la estabilidad de la legislatura. Por eso, pide a los socialistas aragoneses que se sumen a un frente común contra ese mini trasvase, un asunto que trasladarán a las Cortes.
Los colectivos ecologistas rechazan el proyecto por su impacto medioambiental, ya que habría que instalar una tubería de varios kilómetros para llevar esa agua del Ebro. Además, señalan que el problema de sequía es actual y todo podría cambiar dentro de tres años que es cuando finalizarían esas obras.
El Partido Socialista prefiere hablar de buscar consensos en lugar de hacer un frente común junto al PP, pero en cualquier caso recuerda que ellos siempre se han opuesto a cualquier tipo de trasvase.
