El 18% de los jóvenes aragoneses de 14 a 18 años reconoce haber fumado en el último mes, un porcentaje que en el caso de las chicas se eleva hasta el 28%. A pesar de que las cifras son mejores que hace diez años, la responsable de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Zaragoza, Isabel Nerín, considera que siguen siendo preocupantes porque en esas edades el aparato respiratorio no ha terminado de desarrollarse y el consumo de tabaco produce daños que les pasarán factura en el futuro.
La doctora Nerín cree que falta mucha pedagogía e insiste en la importancia de la prevención y en ampliar las restricciones a su consumo, ya que los espacios libres de humo favorecen la disminución del consumo, ya que incitan a la población adulta a dejar de fumar y evitan que los jóvenes adquieran el hábito tabáquico.
La neumóloga aragonesa no es complaciente con los datos que revelan un descenso paulatino del consumo. Aunque reconoce que son datos positivos, advierte de que la caída del consumo no tiene por qué implicar una disminución proporcional de la prevalencia, es decir, puede bajar el número de cigarrillos diarios por fumador porque las restricciones establecidas en los últimos años complican el consumo, pero no traducirse en un gran descenso del número de fumadores, que debe ser el objetivo final.