Pablo tocó fondo el 16 de diciembre de 2019. Algo le impulsó a pedir un taxi para que le llevara hasta una clínica de rehabilitación que ya conocía. A punto de cumplir 35 meses sin probar una gota de alcohol, continúa tratando de rehacer una vida destruida por sus problemas con el alcohol.
Este alcohólico rehabilitado explica que siempre fue un bebedor social. No recuerda el momento en el que perdió el control y el alcohol se convirtió en un problema que desembocó en la pérdida de todo lo que tenía: trabajo, amigos y familia. Asegura que llegó un momento en el que deseó dejar de vivir.
La rehabilitación no fue fácil. Tras el periodo de internamiento, se desintoxicó y recibió el alta, aunque es consciente de que la enfermedad es para siempre y un solo sorbo supondría volver a un pozo del que es duro salir. Casi tres años después, por fin ha conseguido encontrar un trabajo y todavía sigue luchando para recuperar la confianza de sus seres queridos.
