La Delegación del Gobierno en Aragón se ha reunido con representantes de la Guardia Civil en Mora de Rubielos para pedirles que estén atentos a posibles altercados tras la llegada a la localidad turolense de 110 migrantes.
Todos ellos son adultos procedentes de Mali y solicitantes de protección internacional. El proceso de acogida se ha iniciado con normalidad, pero el delegado, Fernando Beltrán, reconoce que el ambiente está “caldeado” tras las amenazas de muerte proferidas a trabajadores del hotel donde se alojan estos migrantes.
Beltrán espera que, como ha sucedido antes en otros municipios, la integración de los migrantes se produzca con normalidad. Recalca que estas personas han llegado con el objetivo de trabajar e integrarse y huyendo de la violencia. Por eso, Beltrán critica los discursos de partidos de ideología ultra. “Por parte de los inmigrantes no se espera ningún comportamiento violento. Vienen huyendo de comportamientos violentos. Quieren establecerse y estar tranquilos”, ha dicho. El refuerzo de seguridad busca que “ante cualquier llamamiento por redes sociales para venir el pueblo a hacer algo, frente a eso, tener capacidad de reacción”.
Los miembros de ACCEM ya han empezado a trabajar con los migrantes en ese centro de acogida y derivación en Mora. En noviembre algunos de ellos podrían tener ya la tarjeta blanca, el permiso de trabajo.
Fundación San Ezequiel
Muchos inmigrantes, cuando ya tienen permiso de trabajo o de residencia, reciben ayuda de entidades como la Fundación San Ezequiel para continuar su integración en nuestra sociedad. En lo que va de año, en total, han atendido a 1.860 personas en Aragón y Madrid, la mayoría extranjeros. A través de su empresa de colocación, trabajan con ellos de forma personalizada para lograr su inserción laboral.
Unas 15 personas han logrado encontrar un trabajo y arraigarse de forma autónoma. Dasha Gavrilova, responsable de desarrollo de la Fundación, explica que atienden sus necesidades en cuanto al aprendizaje del idioma, documentación o trámites.