Los turolenses se siguen casando aunque sea a través del monitor. Los novios están solos en la sala de vistas con sus testigos y desde hace poco también con algunos familiares, y el juez Jorge Cañadas oficia la ceremonia desde su despacho.
Así lo está realizando desde el inicio de la pandemia como medida de seguridad y así pretende mantenerlo hasta que la crisis sanitaria no remita del todo porque por un lado, ayuda a que la ceremonia sea más segura y por otro, pensando en el aforo, con su ausencia y la del secretario judicial en la sala de vistas, pueden presenciar la ceremonia dos familiares más.
El magistrado asegura que desde verano se han venido celebrando una medida de entre tres y cuatro bodas, cada tres viernes que es el día que se reserva para estos procedimientos civiles y que ya casi se ha retomado el ritmo habitual de bodas civiles de antes de la pandemia.
