La Cámara de Cuentas fiscalizará este año la gestión del sistema de atención a la dependencia, las derivaciones de pacientes a centros privados y el funcionamiento del Instituto Aragonés de la Juventud. Son algunos de los objetivos que incluye el Plan Estratégico 2020-2021 que hoy han presentado en las Cortes. Ese documento plantea también cubrir las vacantes pendientes en la Cámara, para pasar de los 27 funcionarios actuales a 40, y reforzar el seguimiento de sus recomendaciones. De esta forma, quieren comprobar el grado de cumplimiento de sus propuestas de mejora entre los organismos que fiscalizan.
Hasta ahora, la Universidad de Zaragoza es la que más rápidamente está aplicando las recomendaciones de la Cámara de Cuentas, seguida de algunos pequeños ayuntamientos. En cambio, el Gobierno aragonés, por su complejidad administrativa, está entre los más lentos. El presidente de la Cámara de Cuentas, Alfonso Peña, ha puesto como ejemplo el proceso de compra de fármacos hospitalarios. Desde 2015 han reiterado la necesidad de que ese procedimiento se adaptara a la legalidad, pero es ahora cuando el Gobierno autonómico empieza a corregir las irregularidades.