El Ayuntamiento de Zaragoza ha comenzado a instalar cuatro cámaras de vigilancia en la calle Pignatelli, en el Casco Histórico de la ciudad. Una medida disuasoria solicitada por los vecinos ante el incremento de inseguridad ciudadana en sus calles. Además de disuadir, estas cámaras permitirán grabar y registrar las imágenes durante 30 días, que es lo que establece la Ley de Protección de Datos. El presidente de la Junta Municipal del Casco Histórico, Alfonso Mendoza, señala las cámaras dotarán de más seguridad a los vecinos del barrio y a los comercios.
Esas imágenes estarán bajo custodia de la Policía Local y las autoridades judiciales podrían pedirlas en caso de detectarse algún acto vandálico o delictivo. Se está estudiando la posibilidad de colocar otras tres cámaras en a zona de las calles Boggiero, San Pablo y Conde Aranda y en todo momento graban la vía pública, sin tomar imágenes de propiedades privadas. Las cámaras junto a la presencia policial son medidas que pedían los vecinos para tratar de frenar los actos violentos que estaban amedrentando al vecindario.
Los vecinos destacan el compromiso del Ayuntamiento para reforzar la seguridad, aunque piden que las cámaras se extiendan a otras zonas conflictivas del barrio. El portavoz de la plataforma de Afectados del Gancho, Oscar Villanueva, ha afirmado que estos dispositivos aliviarán el problema, aunque la solución también pasa por actuar en materia de Urbanismo y Servicios Sociales.