A pesar de lo que se pueda creer, sólo uno de cada cuatro pacientes de leucemia tiene a un familiar compatible en el caso de necesitar un trasplante de médula ósea, un proceso que la mayoría de estos enfermos necesita cuando los demás tratamientos han fracasado.
Para ser donante de médula hay que ser una persona sana de entre 18 y 40 años. La razón por la que se requiere a personas jóvenes es que los antígenos leucocitarios humanos, o HLA, pierden calidad después de los 40.
El responsable de la Asociación Dona Médula Aragón, Juanjo Clavería, señala que sonar médula requiere de un gran compromiso, ya que se pasa a formar parte de un registro mundial, y pueden pasar años hasta que un enfermo compatible necesite de esa médula sana, y entonces no vale echarse atrás.