Operación Artista es una de las actividades que pueden disfrutar. Busca que los niños aprendan a desenvolverse con facilidad en el escenario a través de la improvisación y la expresión corporal. Además, todos los padres que quieran conocer los progresos de sus pequeños podrán asistir al concierto final que se celebra cada viernes y en el que se interpreta el tema escogido cada semana.
Historia del rock, concursos de play-back o, como afirma Eliana Tauste, profesora del campus, la creación de “un nombre roquero para que empiecen a crear una identidad alrededor”. Todos los niños a lo largo de la semana dejan a un lado la timidez y se transforman en personas nuevas.
“A muchos niños no les gusta el deporte o no les apetece un campamento, pero a todo el mundo le gusta pasarlo bien cantando o bailando”, cuentan los organizadores. Por eso, cada año salen del campus pequeñas promesas del escenario. Así lo afirman los propios protagonistas, pero también profesores y acompañantes. Quedan todavía plazas disponibles las dos últimas semanas de julio por lo que cualquier familia interesada en el rock o en la música en general tiene aún la posibilidad de que sus hijos disfruten de un verano roquero.