Con este panorama, Cáritas Aragón destinó, el año pasado, 14,7 millones de euros para atender a 20.481 personas con problemas de falta de ingresos o salud mental. Son 300.000 euros más que el año anterior. 879 de ellas están viviendo en la calle. De la memoria de la entidad se desprende otro dato que crece y preocupa: el 13,4% de los atendidos son los denominados “trabajadores pobres”, que cobran un sueldo, pero no llegan a fin de mes. En el contexto actual de inflación, se han disparado las ayudas para viviendas y suministros, que suponen el 52% del total.
Para los programas de empleo han destinado 4 millones de euros, y gracias a ellos, se ha logrado la inserción laboral de 629 personas. También aumentan las acciones para combatir la soledad no deseada y para apoyar a los inmigrantes. El presidente de Cáritas Aragón, Pedro Antonio Melero, explica que ahora son necesarios itinerarios de atención más largos para ayudar a las atendidos a salir adelante.