Carlos Miret Bernal fallecía a los 72 años tras una insuficiencia respiratoria que cogió por sorpresa a todo el mundo, también a su familia. El 10 de enero se iba un hombre que contribuyó a cambiar la fisionomía de Zaragoza. Fue un arquitecto aragonés, de Calatorao, comprometido con su trabajo y también con la naturaleza, con una especial sensibilidad artística que se plasmaba en todos sus trabajos.
Fue el artífice del proyecto del Bicentenario de los Sitios de Zaragoza y también del de la Exposición Internacional de 2008 con el agua como protagonista en Ranillas. Pero su obra no sólo se encuentra en la capital, también en el Valle de Tena, en Benabarre, en Motorland, Caspe y en Bilbao y Barcelona. Edificios en los que la innovación y la sostenibilidad han sido su seña de identidad.
Su hija, Marta Miret, recordaba cómo su padre consiguió inculcarle ese amor por la arquitectura y por el estudio, tanto a ella como a sus hermanos y siempre con el apoyo de su mujer, Milagros Rodríguez. Hace unos días estaban juntos visitando unas obras, siempre con esa inquietud y pasión por su trabajo.
La sensibilidad artística que tenía Miret Bernal se plasmó también en aficiones como pintar acuarelas o en el coleccionismo. Pero aún tenía muchas otras facetas como su amor por el motor, llevándole a representar a Aragón en dos ocasiones en el Paris-Dakar.