En un primer momento, se van a encargar de realizar unas 1.500 llamadas diarias para notificar el resultado negativo a las personas que están esperando una prueba PCR. En un alto porcentaje, son familias de niños en cuyas clases se han detectado casos de coronavirus.
Los contratos suscritos con los militares no tienen una duración fija y la colaboración se extenderá mientras sea necesario. Para contactar a los casos sospechosos de coronavirus, disponen de un listado facilitado por Salud Pública en el que se respeta la confidencialidad de los ciudadanos. La consejera Repollés señala que, en base a las necesidades, los militares rastreadores podrían asumir otras labores para colaborar con las autoridades sanitarias.
Repollés agradece que gracias a esta colaboración entre administraciones y la incorporación de los 88 militares, Aragón dispone de 400 rastreadores.