El Gobierno de Aragón ha declarado la caza como actividad esencial. Eso significa que los cazadores de determinadas especies que estén provocando daños agrícolas, sean una amenaza para la ganadería porcina y provoquen accidentes de tráfico puedan moverse por Aragón sin estar sujetos a los confinamientos perimetrales. Eso sí, deberá contar con un permiso del alcalde del municipio.
Tras la cacería, los cazadores deben pernoctar en su domicilio habitual y respetar el toque de queda. Las especies que tienen superpoblación y que generan daños económicos son el conejo, el jabalí, el corzo, el ciervo y la cabra montés.