Los vendedores saben que pedir el traslado a un lugar más céntrico es una quimera y que volver al entorno de La Romareda es un sueño imposible, máxime cuando están a punto de empezar las obras del nuevo estadio; ni resultaría viable cualquier otra ubicación más céntrica que generarían importantes problemas de aparcamiento.
La portavoz de los vendedores del Mercado Ambulante, Esther Jiménez, cree que para revitalizar las citas de miércoles y domingo sólo haría falta mejorar las frecuencias del transporte público, que actualmente dejan muy apartados a los clientes y con unas frecuencias demasiado prolongadas.
El problema es particularmente acuciante los miércoles. Cuando estaban en La Romareda, tras dejar a los niños en el colegio, eran muchas las personas que se acercaban hasta el Rastro a dar una vuelta. Esther Jiménez señala que estando en una ubicación tan apartada y sin un buen servicio de bus urbano, a muchos clientes no les compensa perder la mañana. Los comerciantes hacen un llamamiento al Ayuntamiento para que les reciba y puedan buscar soluciones que impidan que su medio de vida siga languideciendo.