La Confederación Hidrográfica del Ebro prevé que, a finales de mes, la mitad de la cuenca esté en emergencia por sequía. Los próximos territorios que pasarán a esa situación son los del entorno de los ríos Gállego, Cinca y Huerva. La otra mitad se encuentra en situación de sequía prolongada, pero de cara al verano, se prevé que la situación se complique más.
El organismo de Cuenca pide hacer un uso responsable del agua, porque estamos ante una de las peores sequías que se recuerdan, y una de las más tempranas.
Así se ha trasladado en la primera Comisión Permanente de la Sequía, convocada por la CHE, con la participación de representantes de las nueve Comunidades de la cuenca, de los abastecimientos, o de organizaciones ambientales y agrarias, para hacer seguimiento de la sequía y de las medidas adoptadas para paliarla.
Posibles restricciones
Aunque se garantiza el abastecimiento de boca, se prevén más restricciones en los regadíos. Como medida excepcional, la CHE prevé reducir los caudales ecológicos o limitar los vertidos autorizados, debido al descenso del nivel de nuestros ríos.
La presidenta de la CHE, María Dolores Pascual, ha explicado que las futuras restricciones que se pudieran aplicar en la cuenca del Ebro afectarían, por ejemplo, a los aprovechamientos hidroeléctricos o usos industriales.
El Decreto de la Sequía del Ministerio recoge además obras de emergencia en el embalse del Ebro para garantizar el abastecimiento en Cantabria, y en Yesa, para garantizar el de Zaragoza.