La escasez de chips semiconductores que está ralentizando la producción mundial de automóviles se traslada también a la industria auxiliar, que en Aragón da empleo a miles de personas. En la planta de Faurecia, en Tarazona, más de 400 trabajadores se han visto afectados por un ERTE, que ha empezado a aplicarse este mes y se prolongará, de momento, hasta el 31 de diciembre.
El presidente del Comité de Empresa, Sergio Ugués, explica que la fábrica se ve obligada a interrumpir su actividad cada vez que sus clientes, Mercedes, Opel y Seat, detienen la producción. Esto afecta, no solo a la plantilla fija, sino también a los más de cien empleos temporales que, en condiciones normales, requiere esta planta. Ugués lamenta, además, la gran incertidumbre a la que están sometidos.