La multinacional plantea estos despidos por razones productivas, tecnológicas y organizativas. La compañía argumenta que las piezas y componentes que se ensamblan en esa factoría quedarán obsoletas en poco tiempo. Desde el Gobierno aragonés tienen previsto reunirse con representantes de Schindler para analizar esa decisión empresarial.
El vicepresidente del Ejecutivo, Arturo Aliaga, confía en que la multinacional haga esfuerzos para mantener la actividad en la capital aragonesa.