Los sanitarios utilizarán las instalaciones del centro o zonas anexas o acudirán a las empresas para avanzar en el proceso de inmunización. La logística es complicada, ya que hay que depurar los listados de trabajadores que han enviado las empresas hortofrutícolas y cotejarlos con la base de datos de usuarios de la sanidad aragonesa. En Caspe, cada año trabajan unos 3.000 temporeros, pero prevén que esa cifra aumente debido a la escasa demanda de mano de obra en la zona oriental de Huesca por las heladas.
La alcaldesa de Caspe, Pilar Mustieles, explica que los sanitarios se desplazarán a algunas de las fincas más grandes de la zona, donde trabajan unas 400 personas. Se muestra muy satisfecha con la vacunación de los trabajadores del campo, para no replicar los problemas registrados el año pasado.
Colectivos vulnerables
Mientras tanto, continúa el proceso de vacunación a colectivos vulnerables, como las personas sin hogar de Zaragoza capital. El ayuntamiento pide que se aplique un protocolo flexible, debido a la movilidad de estos ciudadanos en riego de exclusión. Además, el consejero municipal de Acción Social, Ángel Lorén, pide que se inmunice a los trabajadores y voluntarios que colaboran en la atención de estas personas vulnerables.