El síndrome del niño hiperregalado se aplica a aquellos casos en los que los menores se vuelven caprichosos y egoístas y que no aprecian lo que un regalo significa. Desde el Colegio Profesional de Psicólogos de Aragón, Ana Notivoli, explica que cada vez son más los niños que valoran la cantidad y no la calidad y esto provoca una baja tolerancia a la frustración y se convierten en más caprichosos. No están de acuerdo con lo que tienen.
De media, cada niño recibe unos diez regalos y no sólo en una casa sino también en la de los abuelos y los tíos, como mínimo. Al recibir tantos regalos pierden la ilusión por abrir el regalo y sólo piensan en abrir el siguiente. Para evitar esto, la psicóloga Ana Notivoli recomienda la técnica de los cuatro regalos. Los niños sólo pueden pedir cuatro regalos:
- uno para vestir: ropa o complementos que suela llevar
- uno emocional: que lo desee mucho, que le haga mucha ilusión
- uno que tenga un fin: educativo, juegos de mesa, libros
- uno que necesite: una mochila, por ejemplo
Para los niños más mayores, Ana Notivoli explica que se podrían añadir dos más:
- un regalo para otros: que sea para donar o regalar a alguien que lo pueda necesitar
- uno inmaterial: pasar tiempo de calidad
A través de esta técnica se pretende, según Notivoli, a que el niño valore lo que tiene, a la vez que aprende a tomar decisiones. Y esta técnica ha de aplicarse también poniéndose de acuerdo con familiares y amigos para que Los Reyes y Papá Noel distribuyan los regalos.