Ocho de cada diez estudiantes han tenido que utilizar en algún momento ventiladores o refrescarse entre clases para aguantar hasta el final de la jornada escolar. Javier Tobías, miembro del equipo de Energía y Personas de ECODES, explica que hay algunas medidas que los profesores pueden llevar a cabo para mitigar el calor:
- Abrir las ventanas y bajar las persianas en las primeras horas de la jornada
- Favorecer la ventilación cruzada durante las primeras horas en las que el aire todavía es fresco
- Cuando empieza a entra el sol al aula, mantener bajas las persianas y cerrar las ventanas
Son medidas paliativas, pero lo ideal es haber podido rehabilitar los centros escolares que, como indica Tobías, hay un alto porcentaje de colegios en Aragón que, además de seguir sin climatización en las aulas, no están preparados. Centros en los que haría que realizar obras de aislamiento y de eficiencia energética e incluso colocar toldos para que las máquinas de aire acondicionado no trabajen en exceso y consuman más electricidad de la necesaria.
Este tipo de obras permitirían, no sólo que los alumnos pudieran estar en el aula en mejores condiciones y pudieran aprovechar más el tiempo, sino que los colegios pudieran convertirse en refugios climáticos también para las personas mayores, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los centros permanecen abiertos en verano para las colonias y actividades veraniegas.
El portavoz de ECODES recuerda cómo cada vez son más los centros escolares que están redefiniendo el concepto del patio de colegio y tratando de adaptarlo para que sea más amigable con el medio ambiente y sean espacios en los que refugiarse con altas temperaturas. Además de los huertos escolares, se ponen en marcha diferentes iniciativas como la colocación de fuentes.