El mercado inmobiliario de Aragón está recuperando la normalidad, después de unos años en los que se vendieron más viviendas, y de mayor superficie, como respuesta al confinamiento por el Covid. En 2023, según el informe que promueve la Universidad de Zaragoza, el número de compraventas se redujo un 10%, pero sigue por encima de las 11 operaciones por cada mil habitantes.
Los precios crecieron un 4,7% a lo largo del año, pero en los últimos meses han comenzado a estabilizarse, tras ocho años de subidas moderadas. En diciembre, el metro cuadrado costó de media 1.417 euros, y 8,7 euros al mes en el caso del alquiler.
"2023 ha sido peor que 2022, tal y como se esperaba, debido en gran parte a unos tipos de interés más altos y a niveles de ahorro afectados por la inflación, pero no ha sido un mal año. También estamos viendo cierta estabilidad en el comportamiento de los precios e incluso creo que veremos los primeros descensos en esta primera mitad de 2024. En definitiva, se va tendiendo a la normalidad, con lo que hemos denominado un aterrizaje suave", ha explicado el director de la Cátedra en Mercado Inmobiliario, Luis Fabra.
El número de hipotecas se ha reducido casi un 16% en 2023, pero dos tercios de todas las compraventas de vivienda se siguen realizando con este tipo de préstamos. El ciclo alcista de los tipos de interés se da por finalizado, pero eso no se ha traducido aún en mejores condiciones financieras.
Por otro lado, los expertos coinciden en que uno de los problemas principales es la escasez de oferta de vivienda en régimen de alquiler. El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria Aragón, Fernando Baena, lo achaca en parte a la ley estatal, que en su opinión desincentiva a los posibles arrendadores. "Muchos propietarios prefieren vender o esperar a ver qué pasa, porque la regulación pone límites pensando en zonas tensionadas, en personas vulnerables... y todo eso puede hacer que haya propietarios que se retraigan a la hora de poner en alquiler sus viviendas", ha afirmado.