La crisis sanitaria no ha servido para eliminar la brecha de género en los cuidados. Durante el confinamiento, aumentó el estrés y la ansiedad en las mujeres porque tuvieron que asumir, casi en exclusiva, el cuidado de personas mayores o enfermas y el control de tareas escolares de los hijos. Se desprende de un informe del grupo Educaviva de la Universidad de Zaragoza con 522 familias participantes para medir el impacto del estado de alarma en universitarios y familias.
La situación de los ciudadanos cambió radicalmente en un margen de tiempo muy corto. Dentro de las familias la ansiedad se explica por el aumento del consumo de internet, conflictos familiares y la ayuda a las tareas escolares de los hijos, y en los universitarios por el tipo de vivienda y el aumento de consumo de TV. En cuanto a la empatía se incrementa dentro del hogar y en los universitarios en función de las horas de teletrabajo de la madre y la ayuda a personas fuera del hogar.
El profesor Alberto Quílez señala que pese a que hombres y mujeres han estado confinados por igual, las mujeres han asumido mayores responsabilidades.Se intensifica la brecha de género con mujeres mejor formadas, pero con mayores índices de desempleo y precariedad laboral que los varones