La Guardia Civil de Montaña realizó el pasado invierno 56 intervenciones, 7 menos que en la misma temporada del año anterior, como consecuencia todavía de los confinamientos perimetrales. En total, se rescataron 76 personas de las que 2 resultaron fallecidas aunque ninguna fue consecuencia directa de un accidente de montaña. El esquí de montaña seguido del senderismo, ha sido las actividades que más intervenciones han requerido. En el primero caso, este invierno ha estado condicionado por la apertura de una única estación de esquí, lo que hizo que muchos amantes del deporte blanco se lanzaran a practicar el denominado esquí de travesía y no siempre estaban preparados.
El Pirineo concentró el 95% de las intervenciones y la Sierra de Guara el 5% restante, principalmente por la escalada. El perfil de los auxiliados sigue siendo el mismo, un varón de entre 31 y 40 años. Un dato a destacar es el aumento de personas rescatadas que realizan solas la actividad que ha crecido del 15 al 23%. Por eso insisten en no salir nunca solo. De hecho, todos recordamos a una montañera inglesa desaparecida en noviembre en la zona de Benasque y a la que se sigue buscando.
Comenzado el verano, han vuelto a hacer un llamamiento a la prudencia a la hora de practicar alta montaña, especialmente en el Aneto que tantas personas atrae, y barranquismo donde piden estar muy informados sobre los caudales y las posibles crecidas.