Luis Ignacio Fernández Irigoyen explica que la Tarjeta de débito es “la tarjeta del “día a día”. Cuando pagas con ella, te lo descuentan inmediatamente de tu cuenta. Y si no hay dinero en tu cuenta, no se puede usar. Siempre tienes el gasto controlado”.
Mientras que la Tarjeta de Crédito, a pesar de ser muy útil en determinados momentos, si se usa mal, puede ser peligrosa. Con ella se puede pagar a fin de mes todo lo comprado, se puede pagar en varias cuotas (con altos intereses) o puedes sacar dinero en cajeros a crédito (también con intereses)
Tras estas definiciones, Fernández Irigoyen, da algunos consejos como poner un límite de gasto mensual a la tarjeta de débito para controlar el gasto. Mejor no tener tarjeta de crédito por los altos intereses que suponen. Y otro consejo, educar a los menores en que el dinero se gasta y es más sencillo mostrárselo pagando con dinero efectivo que con un trozo de plástico.