Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra la Discriminación Racial, en Más de Uno Huesca, hemos charlado con Teresa Aso, responsable del programa de Acogida e Integración de Solicitantes y Beneficiarios de Protección Internacional en Cruz Roja Huesca, entidad que ha aprovechado esta jornada para Cruz Roja Huesca para inaugurar su nuevo centro de atención a personas refugiadas y mostrar a la ciudadanía el trabajo que realizan.
El año pasado atendieron a más de 200 personas a lo largo de todas las etapas del itinerario y en estos momentos alcanzan las 100, 35 de ellas en la primera fase de buscar un hogar, 43 en la segunda y ya han encontrado su primera vivienda, y 22 en la tercera fase con un alto grado de inclusión y autonomía.
Aso nos ha contado que las nacionalidades de procedencia son muy diversas como marroquís, argelinos, colombianos o rusos, entre otros. Y ha destacado que muchos de ellos cuando terminan el itinerario fijado de 18 meses y han completado su inclusión real en la sociedad se convierten en voluntarios de la entidad para poder ayudar a otras personas refugiadas. Desde el pasado mes de febrero, Cruz Roja atiende a personas refugiadas en el antiguo Espacio Ibercaja Castillo Montearagón, en la calle José María Lacasa con Pasaje Almériz de la capital oscense.
Huir por seguridad
Además de charlar con Cruz Roja, hemos escuchado en primera persona el testimonio de Marianne que llegó a la capital oscense hace cuatro meses junto a su marido y su hijo de dos años. Ella es de Venezuela, país de donde salió por cuestiones políticas, y su marido colombiano, país que abandonaron al llegar a temer por su integridad física. La joven familia vive en el albergue para refugiados de Alcalá de Gurrea, en el que comparten espacio con personas de otras nacionalidades, la mayoría subsaharianos. Marianne ha mostrado su agradecimiento por la acogida y el trato recibido por los profesionales de Cruz Roja a todos los niveles que les hacen "olvidar" que son refugiados.