Sólo quedan 4 días para que arranque una nueva edición de la Quebrantahuesos, la número 31 y también la de la nueva normalidad tras dos años diferentes. En 2020 la marcha cicloturista se realizó de una manera virtual y con una salida de tan sólo un grupo de 15 personas y el año pasado, aunque la organización preparó todo con mucha ilusión, la lluvia que cayó a primera hora deslució el día y no salió como se esperaba. Este año todo está preparado para recibir a 11.000 ciclistas, 9.000 de la Quebrantahuesos y 2.000 de la Treparriscos, que tomarán la salida el sábado por la mañana.
Enrique Ascaso, vicepresidente del club ciclista edelweiss reconocía en la presentación oficial de la marcha, celebrada ayer por la tarde en la plaza de España de Sabiñánigo, que vuelven con mucha ilusión. La marcha cicloturista Quebrantahuesos no se podría llevar a cabo sin los voluntarios, unos 1.000 procuran cada año que todo salga a la perfección. Y por ser parte fundamental, en el acto de ayer recibieron un merecido homenaje. Fina Ferrer y Pepe Gavín subieron al escenario a recoger ese reconocimiento en nombre de todos los voluntarios. Pero hubo más reconocimientos: a Carlos y Roberto Iglesias y a José Antonio Ferrer.
Esta prueba tiene una gran repercusión no sólo a nivel nacional, también a nivel internacional. Pone a Sabiñánigo en el mapa mundial del cicloturismo y lo convierte en la capital de esta disciplina, según apuntó la alcaldesa de Sabiñánigo, Berta Fernández. Por su parte, la presidenta de la comarca alto Gállego, Lourdes Arruebo, destacó que la Quebrantahuesos es el mayor exponente como prueba y como evento y que se ha convertido ya en un fenómeno social.