Habían visto imágenes y vídeos, pero no se imaginaban una magnitud de esa índole, calles y plazas enteras anegadas por el fango, garajes donde solo en la primera planta el agua sigue llegando hasta la cintura y miles de personas echando una mano para intentar recuperar la lejana y ansiada normalidad.
En Más de Uno Huesca, hemos hablado con Dani Fernández, jefe de intervención de los bomberos de la Diputación de Huesca. El pasado viernes, junto a otros 17 compañeros, partieron hacia Aldaya y Catarroja, municipios de alrededor de 30.000 habitantes, muy afectados por la dana. Todos ellos especialistas en diferentes ámbitos técnicos como en el rescate en altura y rescate en riadas, que reemplazaron a sus compañeros del Ayuntamiento de Zaragoza que habían estado trabajado en esa misma zona. Y es que el trabajo en la “zona cero” es muy intenso, duermen apenas unas horas y los relevos se producen cada 72 horas.
Fernández se ha mostrado emocionado por lo vivido sobre el terreno, por la cantidad de extensión afectada por la riada y la actitud de la gente, trabajadora e inmensamente agradecida. El mismo ha reconocido la dificultad de encontrar a personas con vida y el tiempo que las zonas más afectadas tardarán en limpiar sus calles, edificios, garajes o carreteras. Por eso ha destacado la importancia de ayudar ahora y mantenerla con el paso de las semanas.