Los directivos de las empresas de Aragón se muestran moderadamente optimistas de cara a 2023, gracias a que en 2022 el empleo se ha mantenido y la economía ha crecido muy por encima de lo previsto. Según el indicador de ADEA, el 71% de los empresarios prevé mantener plantillas este año y el 73% cree que las exportaciones se mantendrán estables.
Además, auguran que la inflación subyacente podría empezar a bajar a mitad de año. Momento en el que también podrían empezarse a revisar a la baja los tipos de interés. De momento siguen subiendo y eso impacta directamente en la devolución del déficit, cuyo aumento preocupa especialmente a los directivos de ADEA.
Salario mínimo y empleo
El nuevo presidente de esa asociación, Fernando Rodrigo, advierte de que una subida de salarios general del 8%, equivalente a la del SMI, provocaría una nueva ola de inflación porque las empresas tendrían que repercutirlo en sus productos y servicios. Aboga por repartir las pérdidas. En este sentido, cree que la situación ahora es mejor de lo esperado gracias a que se está haciendo un pacto de rentas “no oficial”.
La preocupación de los directivos se centra también en las anomalías en cuanto al paro. En Aragón hay cerca de 60.000 desempleados, pero hay 3.500 puestos de trabajo que no se pueden cubrir. Algo que Rodrigo atribuye a que la FP y Universidades no ajustan la formación a la realidad del tejido productivo o a que los subsidios en algunos casos desincentivan la búsqueda activa de empleo. También al gran peso, imposible de medir, de la economía sumergida.