Una de las grandes necesidades del adolescente es la intimidad. Pero no siempre es fácil para una madre o un padre hacerse a esta nueva situación en la que un hijo reclama su propio espacio y relega de su círculo de confianza a los padres para convertir en confidentes a los amigos.
La psicopedagoga Camino Felices anima a no dejar de intentar hablar con ellos, a pesar de que a veces se muestren herméticos o esquivos. Para ello es imprescindible asegurar la confianza, evitando que sientan miedo al castigo, establecer límites con amabilidad, respeto y firmeza y potenciar momentos de conversación cuando sea posible.
Camino Felices recomienda practicar la escucha activa como canal de comunicación asertiva. Para ello hay que sustituir las órdenes y plantear los problemas, no tomarse los desacuerdos como un ataque personal y utilizar el humor, pero con respeto; no interrumpirles cuando intentan explicarse y buscar con ellos soluciones consensuadas a los problemas que vayan surgiendo.