Científicos de la Universidad de Zaragoza y el Centro de Investigación Biomédica de Aragón han concluido, tras analizar el aire en el interior de autobuses y tranvías de Zaragoza, que viajar en esos medios de transporte no supone un riesgo de contagio mayor que el resto de nuestras actividades cotidianas.
Han demostrado que tener las ventanillas abiertas siete centímetros es suficiente para optimizar la calidad del aire. Por eso, el Ayuntamiento pondrá unas pegatinas, pidiendo a los usuarios que no cierren esas ventanas. Además, ya se han instalado cámaras en unos 200 autobuses para controlar el aforo con mayor precisión y se sigue poniendo gel desinfectante a disposición de los viajeros.
Pese a todas estas medidas, el uso del transporte público sigue siendo un 40% inferior respecto a los niveles previos a la pandemia. Por eso, la responsable municipal de Movilidad, Natalia Chueca, ha hecho un llamamiento a los ciudadanos: "A todos aquellos que hayan dejado de usar el autobús o el tranvía por temor al contagio, les animo a volver a utilizarlo porque es seguro".