A lo largo de los 10 kilómetros en los que el río Ebro cruza la ciudad de Zaragoza el paisaje está adornado de islas de tierra en medio del cauce, multitud de algas y grava que aflora al descender el caudal de agua. En este mes de mayo, el Ebro registra su nivel más bajo desde hace 110 años con un nivel de 0,69 metros y un caudal de 31 metros cúbicos por segundo. Hace un mes, el caudal era de 53 metros cúbicos por segundo.
Desde hace 15 años es habitual ver algas o macrófitos en las orillas del río a su paso por el centro de la ciudad, pero en esta ocasión ocupa prácticamente todo el cauce. Esta situación, junto a las altas temperaturas y la escasez de lluvias ha hecho proliferar las larvas de mosquitos y mosca negra que preocupa a los vecinos por el incremento de picotazos. Desde las asociaciones de vecinos se ha solicitado al Ayuntamiento que fumiguen las zonas verdes y parques próximos a las riberas.
Efectos de la sequía
Desde organizaciones ecologistas aseguran que, de momento, esta situación no es preocupante para el ecosistema de la zona. Miguel Ángel Saz, profesor del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, explica que estamos en un clima mediterráneo y que los periodos de sequía son normales, lo que puede hacerlo excepcional es que se está acortando el periodo entre estos fenómenos.
La sequía no sólo afecta al nivel del río Ebro a su paso por Zaragoza, los agricultores y ganaderos piden ayudas para paliar los daños que está ocasionando en el campo aragonés, ya hay municipios como el de Huesca que han pedido a sus vecinos que hagan un consumo responsable del agua y en Aínsa han emitido un bando en el que se prohíbe llenar las piscinas privadas con agua de la red de abastecimiento del municipio y solicita un consumo responsable, con especial control en los huertos.
El investigador de la Universidad de Zaragoza asegura que las medidas para garantizar el suministro de agua pasa por tomar medidas y planificar acciones en las épocas en las que no hay sequía.
Embalses en descenso
Los embalses de la cuenca del río Ebro en Aragón están al 51% de su capacidad de media. El embalse de Mediano es el que se encuentra en peor situación con un 23,78% de su capacidad y un volumen de 103,316 hectómetros cúbicos. Según los últimos datos de SAIH Ebro, de la Confederación Hidrográfica del Ebro, los niveles de los embalses en Aragón están:
- Yesa: 232,692 hectómetros cúbicos, 52,07% de su capacidad
- La Sotonera: 128,502 hectómetros cúbicos, 67,98% de su capacidad
- Mediano: 103,316 hectómetros cúbicos, 23,78% de su capacidad
- El Grado: 344,433 hectómetros cúbicos, 86,11% de su capacidad
- Santa Ana: 157,208 hectómetros cúbicos, 66,34% de su capacidad
- Mequinenza: 793,485 hectómetros cúbicos, 51,73% de su capacidad
- La Tranquera: 51,101 hectómetros cúbicos, 62,65% de su capacidad
- Calanda: 31,639 hectómetros cúbicos, 58,22% de su capacidad