Décadas de dejadez, en las que no se ha llevado a cabo un mantenimiento básico del edificio, que durante un tiempo fue objeto de ocupación ilegal, han llevado a una situación estructural límite e irreversible. Los técnicos del Servicio de Inspección Urbanística concluyen que no es posible corregir su grave deterioro, por lo que el inmueble queda condenado al derribo.
El miércoles, se produjo un aviso en el Cuerpo de Bomberos de Zaragoza para inspeccionar una importante fuga de agua. Durante la revisión, se comprobó que la construcción presentaba un grave riesgo estructural, que no era consecuencia de la fuga de agua, sino del paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Inmediatamente, se desalojó a los 17 residentes, a la espera de la inspección urbanística.
El presidente de la Asociación de Vecinos Tío Jorge, Rafael Tejedor, ha destacado la rápida intervención de los servicios sociales municipales y ha hecho hincapié en la situación de vulnerabilidad de algunos de los inquilinos y en la necesidad de dar respuesta las necesidades de familias con menores escolarizados en el barrio. El consejero de Acción Social, Angel Lorén, ha asegurado que se está dando solución a estas situaciones, bien con alojamientos en hoteles o en pisos de Zaragoza Vivienda.
Desde la Asociación de Vecinos también esperan que se aclare si el edificio había pasado la Inspección Técnica de Edificios, obligatoria para inmuebles de más de 50 años. El consejero de Acción Social ha explicado que el edificio es de un único propietario que tenía los pisos alquilados y ha querido dejar claro que se le reclamará la cuantía de los trabajos que, de forma subsidiaria, ha emprendido el Consistorio para estabilizar la estructura.