La Ley de Segunda Oportunidad se puede convertir en una solución para aquellas personas cuyo sobreendeudamiento ha alcanzado magnitudes insostenibles. Algunos autónomos han recurrido a la financiación para hacer frente a las adversidades económicas de su negocio.
Sin embargo, esa solución a corto plazo puede acabar convirtiéndose en un lastre demasiado pesado y empeorar la situación. En muchos casos, los bienes embargables no llegan a cubrir todo lo adeudado, y el emprendedor pierde todo su patrimonio personal sin poder empezar de nuevo.
El economista de la UPTA, Víctor Bajén, señala que es necesario que los autónomos conozcan las posibilidades que les ofrece esta Ley, cuyo proceso suele ser largo y engorroso, pero permite que, tras el embargo de las propiedades, la deuda quede saldada, aunque sea superior al valor de lo embargado y el autónomo puede empezar de cero.