El presidente de la Federación de Barrios, Manuel Arnal, señala directamente al Ayuntamiento y a la empresa concesionaria. Afirma que Zaragoza no merece esta contrata porque ha demostrado ser incapaz de garantizar unas relaciones laborales normalizadas en una empresa que encadena un conflicto con otro.
Arnal ha recordado que durante mucho tiempo los usuarios han viajado en autobuses que se incendiaban o se quedaban tirados con mucho frecuencia, y ante esta situación el Consistorio ha sido excesivamente permisivo con la empresa. También le preocupan las condiciones para renovar la contrata el próximo año. Además, alerta de que los nuevos paros los pagarán especialmente los vecinos de los barrios más periféricos, que tienen menos líneas para desplazarse y sufrirán largas esperas en las paradas.
El presidente de la Unión Vecinal Cesaraugusta, Constancio Navarro, por su parte, cree que la responsabilidad de este conflicto es, tanto de la empresa como del comité, y echa en falta la intervención de la Dirección General de Trabajo. Considera que los problemas excepcionales merecen soluciones excepcionales, y sugiere medidas como acudir a un laudo arbitral de obligado cumplimiento, algo que debe proponer la autoridad laboral.