En Aragón, hace años que desde la Fundación de Atención Integral al Menor se vio la necesidad de poner el foco en la violencia filioparental y así surgió el Espacio Ariadna. Falo García, es educador en el espacio Ariadna de la Fundación FAIM y cuenta cómo se nota ese aumento ya que al comienzo atendían unas cien familias y en este momento son 200 las que utilizan los servicios que ofrecen.
Las situaciones de conflicto familiar no tienen porqué terminar en casos graves, hay mecanismos que se ponen en marcha para reconducir las situaciones de violencia. García cuenta cómo una de las novedades que implemento el espacio Ariadna era el de hacer que los jóvenes acudieran a un psicólogo, no era algo que fuera habitual hace unos años y, sobre todo los adolescentes eran reacios.
En la pandemia, la gestión de emociones y de los casos de violencia, fue difícil de gestionar ya que se pasaban muchas horas compartiendo espacio entre padres e hijos. Esto supuso un parón en la posibilidad de ofrecer ayuda, por lo que, al terminar los confinamientos, la demanda de los servicios aumentaron. Cada caso es diferente y como explica el educador, no se cambia a nadie, pero se dan las herramientas para gestionar situaciones difíciles.