Se dan más casos que hace un año por estas fechas, pero la inmunidad de la mayor parte de la población y los nuevos protocolos de convivencia con el virus ofrecen un escenario difícilmente comparable al de los dos veranos anteriores. Por eso, desde el departamento de Sanidad se utilizan dos palabras: tranquilidad y precaución.
Con una incidencia semanal de 228,4 casos por 100.000 habitantes en Aragón, es incuestionable que existe un repunte de casos que no hay que perder de vista, señala el epidemiólogo Nacho de Blas. Las nuevas variantes derivadas de Omicron son más transmisibles, pero generan una mejor respuesta inmune, por lo que la enfermedad suele cursar de forma leve.
La recuperación de una vida prácticamente normal, con muchas interacciones sociales, junto a un descenso paulatino de la inmunidad generada con las últimas dosis de la vacuna, están detrás de este repunte. No obstante, De Blas cree que no se dan las circunstancias para dar pasos atrás. Basta con aplicar medidas de responsabilidad individual a partir de lo que hemos aprendido en los dos últimos años en caso de dar positivo. Eso sí, echa en falta que no se haya hecho mucho más por mejorar las condiciones de ventilación en espacios cerrados, lo que favorecería espacios mucho más seguros.