Este vecino de la comarca de la Rigaborza la halló de forma casual en un terreno de su propiedad. Se trata de una escultura de época bajoimperial que muestra una cabeza de tamaño cercano al natural realizado en piedra caliza blanquecina de origen local. Luis Rabal Nacenta ha decidido cederla al Museo de Huesca y ya forma parte de la exposición dedicada al mundo romano.
Características
En origen esta pieza se esculpiría exenta, aunque concebida para ser encastrada en un busto o estatua de cuerpo entero, a juzgar por la forma prismática de su extremo inferior. La mitad derecha se conserva en mejor estado, incluyendo la oreja, apenas esbozada entre el cabello de las patillas.
Los rasgos faciales, muy maltrechos, cuentan con un tratamiento muy esquemático y fuerte hieratismo, frontalidad e inexpresividad. El rostro presenta forma almendrada, mientras que el cuello es liso, de notable altura y esbeltez. El cabello, de ejecución esquemática, forma un arco de oreja a oreja alrededor de la frente. Los mechones están ejecutados por medio de surcos bastante profundos tallados a bisel que crean un fuerte claroscuro.
Posiblemente esta escultura se colocaría adosada a la pared de algún edificio, dado que la parte trasera del cabello se terminó de manera mucho más sumaria que en el frontal y los laterales.
