La pandemia se ha llevado consigo el trabajo creciente que tenían los artesanos de tambores y bombos que trabajaban en el Bajo Aragón. Solo uno ha conseguido resistir la ausencia de procesiones dos años seguidos. Es José Antonio Plana de Plana Conesa de Calanda quien está aguantando, aunque lamenta tener que hacerlo desde hace unos meses en solitario. Logró mantener la plantilla durante la primera semana santa sin actividad, pero solo llegó a otoño cuando ya todo apuntaba a que este año sería igual.
Dos años sin actividad en semana santa han hecho que incluso este pensando en buscar un trabajo paralelo porque los pocos pedidos que le entran no son suficientes para subsistir. Aun así, solo piensa en el futuro que espera que sea inmediato en el que pueda vender todos los instrumentos que tiene en su almacén.
Pedidos en el Bajo Aragón
La arraigada tradición que existe en el Bajo Aragón le está salvando. Ya que en algunas familias se ha regalado tambores o bombos a los más pequeños para ir practicando en casa el toque que esperan pronto volver hacer sonar juntos en la calle. También le entran algunos arreglos, pero nada comparable a los cientos de pedidos que tenían sobretodo en esta recta final de cara a los días grandes en las que todos querían poner a punto su instrumento.