El mes de febrero cuenta con pocos días, pero enlazando con finales del mes de enero, reúne una gran cantidad de festividades que se celebran en muchas localidades de Aragón. El profesor José Antonio Adell, cuenta que esto puede deberse a que en estos dos meses las labores del campo apenas tenían actividad por lo que se aprovechaba para las celebraciones.
Sólo San Blas es justificante de celebración en más de un centenar de localidades aragonesas. En la mayoría de las localidades se trata de las fiestas o patrones menores. Y en todas está asociada la gastronomía como uno de los elementos más destacado, sobre todo las tortas bendecidas que se reparten entre los vecinos.
Después de los santos barbudos y fogateros del mes de enero, terminando con San Babil y San Valero, en febrero hay celebraciones como la Candelaria, la Mascareta de Ateca, San Blas con sus romerías y bendiciones, Santa Águeda y el nombramiento de alcaldesas, San Valentín y fogatas varias durante el mes.