ASESINATO DE MANUEL GIMÉNEZ ABAD

La Fiscalía pide 30 años de cárcel, mientras la defensa habla de "profecía autocumplida"

Este lunes, se han presentado las conclusiones finales de cada una de las partes en el juicio contra Mikel Carrera Sarobe, alias “Ata”, y Miren Itxaso Zaldua, conocida como “Sahatsa”, por el asesinato del político aragonés Manuel Giménez Abad en 2001.

Patricia de Blas

Zaragoza | 17.07.2023 14:16

Acceso a la Audiencia Nacional.
Acceso a la Audiencia Nacional. | Europa Press

El juicio contra los dos etarras acusados de asesinar al político aragonés Manuel Giménez Abad queda visto para sentencia, 22 años después de que se cometiera el crimen. La Fiscalía y las acusaciones piden 30 años de cárcel para Mikel Carrera Sarobe, alias “Ata”, como autor de los tres disparos, y para Miren Itxaso Zaldua, conocida como “Sahatsa”, quien le habría ayudado directamente en el asesinato. La defensa, en cambio, niega esos hechos y solicita la absolución.

La fiscal considera probado que ambos formaban parte del comando Basajaun, que fue el responsable del asesinato del entonces presidente del PP aragonés. Afirma que tanto el retrato robot que se hizo tras el crimen, como las ruedas de reconocimiento realizadas en 2014, de forma fotográfica, y en 2018, de manera presencial, concuerdan además con los informes periciales y la documentación analizada.

La abogada defensora de Mikel Carrera Sarobe, sin embargo, pone en duda la credibilidad de los testigos, muchos de los cuales permanecen en el anonimato. En su opinión, todos ellos habían visto en los medios de comunicación las imágenes de Ata, como principal sospechoso del asesinato de Giménez Abad, y de forma consciente o inconsciente, lo señalaron después en las ruedas de reconocimiento, incluido Borja, el hijo de la víctima. Por eso, la defensa señala que el caso corresponde a "una profecía autocumplida, una predicción policial que una vez hecha es en sí misma la causa de que se haga realidad".

Sin embargo, las acusaciones ven aún menos verosímiles las declaraciones de los seis testigos aportados por las defensas, para probar que tanto Ata como Sahtsa estaban fuera de Zaragoza en el momento del asesinato. La letrada de la acusación popular explica que esos testigos no aparecieron hasta la apertura del juicio oral y cree que han orquestado las coartadas. "Hacen un alarde de memoria inaudita, que llevó a declaraciones tan hilarantes como las de Nerea y Natalia, que recordaban que tras ver la película se habían tomado un bocadillo para cenar, veintidós años antes y en un día normal sin nada memorable", explica.

La acusación particular, que comparte las conclusiones del Ministerio Fiscal, solicita también indemnizaciones de medio millón de euros para cada uno de los hijos de Giménez Abad y para su viuda.