Después de superar varios días consecutivos los -20 grados en Bello, las grullas decidieron que su invierno iba a ser más placentero en Suecia o Finlandia que en España y parte de ellas han adelantado su regreso para la cría.
Un número inferior ha tomado el sur como destino. Los censos de los últimos días reflejan un importante descenso del número de ejemplares, de las más de 18.000 que se contabilizaron a finales de diciembre, el fin de semana quedaban poco más de 2100 grullas.
Las extremas e inusuales temperaturas que ha traído Filomena ha provocado que parte de la laguna se haya congelado, lo mismo que ha ocurrido en la Laguna del Cañizar donde se ha visto a las aves dormitando en los canales donde el agua no está congelada. Y es que acostumbran a dormir con las patas dentro del agua para evitar el ataque de depredadores.