MOVILIZACIONES

Las fruterías de barrio de Zaragoza sufren los efectos de la tractorada

Los detallistas entienden las razones de la movilización del sector del campo y apoyan sus reivindicaciones, pero lamentan que los agricultores hayan bloqueado los accesos a Mercazagoza, donde adquieren la mayor parte del género que ponen a la venta en sus mostradores.

José Antonio Alaya

Zaragoza |

Las fruterías de barrio y los puestos de los mercados tradicionales son garantes del producto de proximidad, explica el frutero Antonio Gracia. Él mismo reniega de la judía verde de Marruecos y sigue comprando judía nacional por su mayor y porque es conocedor de que esa compra paga sueldos y costes a los productores nacionales.

Antonio defiende que los detallistas no son ajenos a la crisis del sector del campo, comprende sus reivindicaciones y pide soluciones porque, a este paso, no quedarán agricultores, ganaderos ni tampoco detallistas autónomos. Y cree que no es justo que los primeros paganos de esta movilización hayan sido los detallistas. Asegura que quien esta mañana no ha tenido problemas para acceder a Mercazaragoza los ha tenido para salir.

Sobre las grandes diferencias entre el precio que se paga al agricultor y el desembolso final del consumidor, señala Antonio Gracia que no es un margen que vaya al bolsillo del detallista. Cuando un frutero adquiere un determinado producto, éste ya ha pasado por cooperativas, cámaras frigoríficas, transportes y diferentes pasos en los que los costes siguen incrementándose, por lo que el margen que le queda al detallista es mínimo.