Stellantis debe decidir si sigue adelante con el proyecto, después de haber aplazado la construcción de gigafactorías en Alemania o Italia por la escasa implantación del coche eléctrico. La multinacional no está aportando muchos detalles de esta iniciativa, pero todo apunta que la inversión en estas instalaciones podría superar los 3.000 millones de euros y crear unos 3.000 empleos.
En principio, Stellantis colaborará en este proyecto con el fabricante de baterías chino CATL, una alianza tecnológica muy importante. El presidente del Cluster de la Automoción, Benito Tesier, señala que esta inversión ancla el futuro del sector, ya que garantiza la producción de vehículos más allá del fin de la fabricación de los actuales modelos de combustible.
El impulso este tipo de industria también requiere mejoras en la red de transporte energética. El experto del colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja, Fernando Oliván, destaca que la disponibilidad y precio de la energía son una baza para lograr la puesta en marcha con éxito de una de estas gigafactorías de baterías en Aragón.