CONTENIDO OFRECIDO POR LUIS IGNACIO FERNÁNDEZ IRIGOYEN

Hablemos del oro

El oro es el elemento que se asocia a la riqueza, al dinero. Lo hemos visto en joyas y en monedas y a lo largo de la historia ha pasado de guardarse en cofres, a cambiarse o venderse y ahora, a invertir en él. De ello habla Alba Cortés en un nuevo capítulo de Economía a Pie de Calle, con Luis Ignacio Fernández Irigoyen.

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Zaragoza |

Además de por su belleza, el oro ha sido especialmente codiciado por su escasez, al igual que otras materias primas. Tenerlo era signo de riqueza y, de hecho, antiguamente, los países fijaban el valor de su moneda en función de cuánto oro tenían en sus reservas. Como explica Alba Cortés, del despacho de Luis Ignacio Fernández Irigoyen, a esto se le conocía como el patrón oro.

El sistema llegó a su fin cuando los bancos centrales se dieron cuenta de que el sistema era bastante restrictivo. Uno de los ejemplos que pone Cortés en “Economía a pie de calle” es que un país tenía oro por valor de 100 y tenía que enfrentarse a una gran crisis económica que supondría un gasto de 1.000. Al eliminar el techo que suponía se empezó a poder imprimir dinero con bastante más libertad que cuando había que justificar que había esa cantidad de oro en las arcas.

Desde que el oro ya no se usa como una referencia, el precio del oro es sensible a los cambios en la economía global como los tipos de interés o la inflación. Alba Cortés alerta de que el oro también baja, como sucedió en 2008 o en la década de los 80, cuando cayó casi un 33%.

Esta situación se da porque si la inflación es muy baja y el valor de la moneda es fuerte, la gente prefiere invertir en otras cosas. Por el contrario, en momentos de incertidumbre o crisis de mercado, por ejemplo, cuando la inflación es alta, el precio sube. El consejo de Alba Cortés es que el precio varía como otros aspectos y para ver su es un buen momento para comprara o vender, hay que dejarse asesorar por un profesional.