Hace un año todas las miradas estaban puestas en los sanitarios, pero también en las residencias de personas mayores que cerraron sus puertas un 13 de marzo de 2020 y no las abrieron hasta casi un año después. Cristina Serrano, directora de la Residencia Romareda del IASS, califica el año como muy duro y es que de la noche a la mañana se enfrentaban a una situación que no se esperaba. Son unos 200 los residentes y muchos trabajadores que hace un año vivían entre la incertidumbre y el miedo. Como recordaba Inma Pedrazas, conserje en la Residencia.
Fue duro para trabajadores y también para las familias y para los residentes, Emilia Nájera tiene 80 años y lleva 12 en la Residencia Romareda, es de las más veteranas. Y recordaba cómo estuvo sola en su habitación, de la que no salía ni para comer, pero también cómo le día de su 80 cumpleaños le prepararon una gran sorpresa. Emilia estaba agradecida a todo el personal que estuvo pendientes de los residentes en todo momento.
La vacuna, la esperanza
La vacuna llegó el 27 de diciembre de 2020. Y Emilia fue la primera, en todo Aragón, en recibir la vacuna Pfizer. Ya entonces animaba a todos a recibirla, a ser valiente y hacerlo por todos. Una idea que sigue teniendo muy presente.
Todos los residentes de la Residencia Romareda están vacunados, entre los trabajadores hay un alto grado de inmunidad, lo que hace que poco a poco se vayan tomando nuevas medidas de apertura. Se abrió el comedor, pueden salir a dar paseos, salir a comer con sus familias… Éste es un ejemplo, pero así se ha vivido este año de Covid en una de las muchas residencias de nuestra comunidad.